Por Rafael Sarasola TECNIFUEGO, Asociación Española de Empresas de Protección contra Incendios
En estos tiempos en los que muchas comunidades de propietarios optarán por una programa de rehabilitaciónes importante considerar la instalación y/o mantenimiento de sistemas pasivos de protección contra incendios en los edificios.
En este sentido, es necesario indagar en varios epígrafes, por ejemplo, el aislamiento térmico puede modificar las características de combustión de los nuevos materiales, por lo que surge la necesidad de adaptar las instalaciones a una mayor demanda de materiales para su protección térmica contra el fuego.
La utilización de materiales cuya reacción al fuego sea adecuada para su uso y conforme a la normativa limitará la aparición del fuego y su propagación a partir del mismo. Los materiales de baja inflamabilidad que no tengan fugas ni emitan humo serán los más adecuados.
En una rehabilitación, el aislamiento térmico puede modificar las características de combustión de nuevos materiales
La rehabilitación de edificios implica diversas modificaciones en la estructura, cambios en los sectores de incendio, mejora o modificación de vías de escape. Todo ello produce una modificación de las especificaciones del edificio (modificación de la resistencia al fuego de determinados elementos constructivos de la estructura), tales como:
Elementos compartimentadores: envolventes, elementos planos que tienen función únicamente de separación o delimitación (muros, tabiques, puertas, portones, cierre de espacios, etc.) y mixtos, que también tienen función portante o portante, caso de la mayoría de los pisos y muros de carga.
Conductos de ventilación y extracción de humos: este tipo de instalación conecta prácticamente todas las estancias interiores del edificio. Deben ser resistentes al fuego o estar provistos de puertas cortafuegos en los puntos que cruzan los sectores de incendio. Si se trata de una extracción de humos, sólo se permite que sean resistentes al fuego.
Vías de cable: Los edificios necesitan una instalación de cable que distribuya toda la red de electricidad, datos, voz, señales, etc. La gestión de esta red cableada debe ser compatible con la sectorización contra incendios del edificio. Asimismo, existen cables que deben estar protegidos contra incendios, como instalaciones de alarma, extractores de humo y alumbrado de emergencia, entre otros. Estas bandejas portacables deben estar protegidas contra incendios o discurrir en pasillos adecuados (sector de incendios).
Hay que tener en cuenta que la red de distribución eléctrica es tanto vía de propagación de incendios (cables con aislamiento plástico combustible y productos de humo) como posible foco de incendio (sobrecalentamiento de cables, cortocircuitos, chispas…), por lo que deben estar instalados de forma accesible (mantenimiento, modificación de líneas…) y ser ignífugos cuando atraviesen un sector de incendio.
En definitiva, existen técnicas pasivas de protección contra incendios que dan solución a problemas particulares: previenen el fuego y favorecen la extinción. Es especialmente importante la protección estructural mediante placas, morteros o pinturas. Aporta sistemas de compartimentación, refuerza los existentes y soluciona problemas ocasionados por las instalaciones.
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