Por Antonio Ocaña. Ingeniero industrial

Nuestro parque residencial consume aproximadamente el 30% de la energía final del país y es responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de presentar importantes carencias energéticas.

Además de poder actuar sobre la reducción de la demanda a través de la envolvente del edificio o la individualización de los consumos, a nivel de la eficiencia energética de las instalaciones centralizadas, una solución muy interesante a la que recurrir es la obtención calefacción y agua caliente sanitaria de sistemas híbridos donde la sala de calderas existente convive con otros sistemas de energías renovables, como la aerotermia y la energía solar fotovoltaica.

los aerotermia Se considera una energía renovable para rendimientos superiores a 2,5, es decir que por cada kWh eléctrico nos dan más de 2,5 kWh de energía térmica. La tecnología ya permite superar cómodamente estas prestaciones. Este sistema está diseñado para funcionar con el sistema de calefacción existente, que proporcionará un suministro de energía de una sola vez. Estas instalaciones funcionan de forma similar a un vehículo híbrido, donde sólo se utiliza combustible fósil cuando se necesita potencia o energía adicional para asegurar al usuario en todo momento que su servicio de calefacción no se verá interrumpido durante los picos de mayor consumo. , que se puede presentar puntualmente en los días más duros del invierno.

El objetivo de esta fórmula es que la mayor parte del aporte térmico (al menos el 80%) provenga de una fuente de energía renovable y que el resto (máximo el 20%) se obtenga del antiguo sistema, basado en combustibles fósiles. Según cálculos de expertos, solo alrededor del 12% de la energía será proporcionada por combustibles fósiles y el resto provendrá de energías renovables.

Un complemento excepcional a este tipo de instalaciones son las placas solares fotovoltaicas, que podrían aportar parte de la energía eléctrica que necesita la instalación de aerotermia para su funcionamiento, y que, además de ayudas generales, se benefician de subvenciones en la mayoría de municipios ligadas al pago del IBI. .

Estas medidas no solo reducen las emisiones contaminantes (NOx, carbono, partículas, etc.) sino que también reducen los costes energéticos para el suministro de los servicios de calefacción, agua caliente sanitaria o climatización.

En comparación con las calderas de condensación, las más eficientes hasta la fecha, los ahorros también son significativos. En plena temporada de calefacción y ACS, el Rendimiento Estacional Anual (REA) de una caldera de condensación es de aproximadamente un 96% de media. Las instalaciones de aerotermia, por el contrario, tienen un coeficiente de rendimiento estacional (SCOP) superior a 2,5 (un coeficiente de 3 equivaldría a una REA superior al 300%).

No obstante, antes de acometer cualquier tipo de instalación, se recomienda realizar un estudio económico y de ahorro energético en el que se analice el retorno de la inversión (ROI) de las distintas soluciones técnicas.

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