Antes de explicar en detalle qué es un certificado energético y por qué es importante para las fincas, es necesario, en primer lugar, contextualizar el problema energético que estamos viviendo, especialmente en Europa. Aunque existen políticas energéticas y ambientales en la Unión Europea para reducir la dependencia energética, mejorar la eficiencia energética y fomentar el uso de energías renovables, la eficiencia energética en los edificios sigue siendo un área donde queda mucho por hacer.
Esta problemática no es solo ambiental, sino que tiene implicaciones económicas: según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), los edificios son responsables del 30% del consumo de energía en España. Además, la mayoría de los edificios no cuentan con elementos para garantizar una buena eficiencia energética. Ahí es donde entra en juego el certificado energético.
¿Qué es un certificado energético?
El certificado energético es un documento que evalúa la eficiencia energética de un edificio, desde una escala que va de A a G. A mayor eficiencia energética, mejor valoración: A representa el nivel más alto, mientras que G es el nivel más bajo. Este documento se expide por un técnico titulado, como un arquitecto, un ingeniero de la edificación o un licenciado en ciencias ambientales.
El certificado energético incluye información sobre el consumo de energía del edificio, así como las emisiones de CO2, y propone medidas para mejorar la eficiencia energética. Estas medidas no son obligatorias, pero sí se apuntan para que el propietario o arrendatario de la finca pueda considerarlas.
¿Por qué es importante tener un certificado energético?
Hay varias razones por las que es importante contar con un certificado energético. En primer lugar, su obtención es obligatoria en España desde 2013 -antes era opcional- para los propietarios o arrendatarios que deseen vender o alquilar una propiedad. Si no se realiza este trámite, se enfrentan a sanciones económicas que oscilan entre los 300 y 6.000 euros.
Pero más allá de cumplir con la legislación actual, contar con un certificado energético es importante por otras razones:
– Contribuye a reducir la dependencia del uso de energía no renovable. Un informe del IDAE señala que si todos los edificios tuvieran una calificación energética A, se reducirían las emisiones de CO2 en 25 millones de toneladas por año.
– Permite mejorar la eficiencia energética de la finca. Gracias a las recomendaciones que aparecen en el informe, los propietarios o arrendatarios pueden poner en marcha medidas para reducir el consumo de energía y ahorrar en la factura eléctrica.
– Favorece la valoración de la finca en el mercado inmobiliario. Una finca que cuente con una buena calificación energética puede ser más atractiva para los compradores o inquilinos, especialmente si se tiene en cuenta que en la actualidad hay una mayor conciencia ambiental y energética entre la población.
Cómo obtener un certificado energético
Para obtener un certificado energético, el propietario o arrendatario debe contactar con un técnico titulado que esté habilitado para realizar la evaluación energética. Este técnico visitará la finca para realizar una inspección de los factores que influyen en el consumo energético, como la iluminación, la calefacción, el aislamiento, entre otros.
En la inspección, el técnico evaluará la envolvente del edificio y los sistemas utilizados para el suministro de energía y agua caliente. También se examinarán aspectos constructivos, como el tipo de cerramientos, materiales utilizados, y el tipo de vidrios, así como la orientación de la finca para evaluar su posición respecto al sol y su relación con la eficiencia energética.
Otro factor a tener en cuenta es la antigüedad del edificio, puesto que las construcciones más antiguas pueden tener mayores dificultades para cumplir con los requerimientos de eficiencia energética.
Tras la inspección, el técnico titulado emitirá un informe con la calificación energética de la finca, y las medidas a aplicar para mejorar su eficiencia. Este informe debe entregarse al propietario o arrendatario de la finca, y será válido para un período de 10 años, tras los cuales deberá volver a realizarse la evaluación.
En definitiva, contar con un certificado energético es una herramienta fundamental para mejorar la eficiencia energética de una finca, cumplir con la legislación vigente, y contribuir a reducir el consumo de energía no renovable. Además, una finca con una buena calificación energética puede ser más atractiva en el mercado inmobiliario, y puede representar un ahorro económico a largo plazo para el propietario o arrendatario. ¡No dudes en tramitar el tuyo!