Un problema clásico al que están acostumbrados los administradores de propiedades es la aparición de fugas en la comunidad del vecindario. Ya sean puntos húmedos o goteras, estos percances representan un gran conflicto para los vecinos, ya que es difícil saber de un vistazo de dónde vienen y, en muchas ocasiones, los vecinos. Emitir a su administrador de propiedad, generando una situación de tensión innecesaria que dificulta la convivencia de la comunidad.

La fuga puede ocurrir en el interior de las viviendas, pero también en un área común o en el exterior del edificio, situación que genera más confusión y que siempre lleva a cuestionar al administrador de la propiedad sobre los costos de reparación y dudas sobre si el promotor del edificio o la comunidad misma es responsable.

En cualquier caso, conviene tener en cuenta que no existe un procedimiento legal específico para estos casos. Los precedentes son confusos, la jurisprudencia de cada tribunal provincial es diferente, pero este es el proceso habitual que utilizan los administradores de propiedades de las universidades para resolver conflictos cuando aparece la humedad:

1º Determinar el origen de las fugas: El primer paso es que un profesional realice un control técnico de la fuga o la humedad para comprobar el origen del problema. Déjate guiar siempre por un profesional, antes de iniciar un proceso que podría terminar legalmente. El administrador de la propiedad debe tener total seguridad de la ubicación y la razón por la que se desencadenó la fuga para evitar errores al determinar la responsabilidad de su distribución.

2o Elaboración de un informe técnico: El especialista acreditado deberá realizar un informe que incluya, además de la causa de la fuga, una solución, una estimación de los daños ocasionados por la humedad y un presupuesto de los costes que implica su reparación.

3a Mediación y resolución de conflictos: Una vez que ambas partes hayan revisado el informe, el administrador de la propiedad hará todo lo posible para llegar a una solución cordial y de mutuo acuerdo donde el responsable de la fuga se encargará de corregir el daño causado. Se presentaría una queja ante un tribunal para determinar quién es responsable solo en caso de que no se llegue a un acuerdo justo.

Reparación de emergencia

Hay que tener en cuenta que ante este tipo de reparaciones es fundamental actuar con urgencia. Sin embargo, cuando las partes en conflicto no llegan a un acuerdo, la reparación puede tardar meses en resolverse a través de los tribunales, lo que aumenta la gravedad de la fuga y sus costos de reparación.

Afortunadamente, en la experiencia de los administradores de propiedades, estos conflictos suelen resolverse de común acuerdo, especialmente cuando surgen entre vecinos. Pero cuando la responsabilidad recae en el seguro comunitario o el promotor del edificio, estos pasos pueden llevar más tiempo. Por ello, es necesario contar con un administrador inmobiliario colegiado que conozca el día a día del sector y los trámites legales adecuados para resolver cada conflicto.

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